Hay un refrán que dice: “Lo perfecto es enemigo de lo bueno”. Cuando empezamos un nuevo proyecto queremos que todo salga perfecto. Esto se basa en la necesidad de perpetuar una imagen que proyecte excelencia, superioridad y perfección y en medio de todo esto, el perfeccionismo es evidente, sin embargo, esta es una de las principales causas por la que en ocasiones nos sentimos tan estresados, ansiosos o insatisfechos. Muchas veces la búsqueda de la perfección paraliza nuestro avance.
Es muy difícil que un nuevo desarrollo, ya sea un producto o servicio, sea perfecto. Es prácticamente imposible que algo salga perfecto a la primera, sin importar cuanto hayamos planificado.
Si buscamos la perfección por encima de todo, siempre surgirá una cosa nueva que nos retrase porque todo es perfectible, todo se convierte en una excusa para no lanzar nuestros proyectos. No se trata tampoco de lanzarnos a la aventura sin considerar todos los factores importantes a considerar en tu emprendimiento, sino realmente de planear y ejecutar, no planear, planear y más planear.
Hace tiempo tomé un curso en línea en mostraban todas las razones por las que es más importante avanzar que buscar la perfección, Marie Forleo usa en todos sus cursos una frase que me encanta y que nosotros usamos también porque creemos firmemente en ella:
Progreso no Perfección
¿Por qué valoramos tanto la perfección?
En general los seres humanos no tenemos una buena relación con el fracaso, lo percibimos como algo totalmente negativo que debemos evitar a toda costa. Pero cuando investigamos un poco en la historia de algunos emprendedores se nota claramente que lo que los distingue de los que abandonan es esa capacidad de no dejarse vencer por el fracaso; pues después de cada fracaso tratan de sacar alguna lección, ajustan su camino, y siguen adelante.
Yo creo firmemente que los fracasos son indispensables para alcanzar finalmente el éxito. La mejor forma de aprender es intentando hacer las cosas, fracasando, aprendiendo, corrigiendo e intentando nuevamente.
Checa lo que decía Thomas Alva Edison:
- No he fracasado. He encontrado 10.000 maneras que no funcionan.
- Para inventar, necesitas una buena imaginación y una pila de basura.
- Muchos de los fracasos de la vida, son de personas que no se dieron cuenta de lo cerca que estaban del éxito cuando se dieron por vencidos.
- Cuando he decidido completamente que merece la pena conseguir un resultado, voy hacia delante y hago intento tras intento hasta que lo logro.
- Los resultados negativos son justo lo que quiero. Son tan valiosos para mí como los resultados positivos. No puedo encontrar lo que funciona mejor hasta que no encuentro lo que no funciona.
Como puedes ver, la perfección nunca debe ser nuestra meta, ya que es un hecho que fallaremos. Debemos ponernos metas retadoras, y concentrarnos en el proceso para obtener el mejor resultado posible.
Sabemos que siempre es posible mejorar en cualquier proyecto o sueño y para poder realmente lograr el mejor resultado lo mejor es avanzar. Cuando te atores en algo, continua al siguiente paso, y más adelante regresa a donde te atoraste ya que con tu mente más fresca, las nuevas van saliendo nuevas ideas a lo largo de todo el proceso.
1.- Ten claras tus metas y objetivos: Para que esto funcione debes fijarte metas que tengan valor para ti y que sean algo que realmente deseas, debes haberlo elegido y no que se sienta como que alguien te las impone o son las metas de alguien más.
2.- Plásmalas en papel: Ya sea como texto o como imágenes, debes tenerlas a la mano para siempre recordarlas y que te mantengan motivado. Recuerda escribir el por qué, de cada meta, que es lo que la hace especial y que debas invertir tu tiempo en ella.
3.- Crea mini metas de cada una de ellas: Define pequeños pasos que puedes ir dando para lograr esa meta que al principio parece inalcanzable.
4.- Concéntrate en pequeños cambios: Enfócate en una actividad a la vez, un pequeño cambio que al hacerlo frecuentemente te va a acercar a tu meta. Cada que domines ese paso, da el siguiente y así sucesivamente hasta que logres llegar a tu meta.
5.- Nunca dejar de crecer: Si ya cumpliste una meta, aprovecha toda esa energía y motivación para plantearte una nueva, aun más retadora y comienza tu proceso para lograrla.
Crea metas pequeñas, de menor tiempo y peso (pueden ser metas mensuales, quincenales, o como mejor te guste) lo importante es que vayas registrando tu progreso y te mantengas motivado a cumplir con tu objetivo final.
Una vez que la logres fíjate una segunda meta con un peso o un propósito diferente.
Cada que vayas avanzando en tu camino recuerda: Progreso no Perfección.
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Alicia Díaz-Blevins
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Nos dará mucho gusto