En nuestros cursos y platicas hemos discutido lo importante que es tener una visión, un objetivo, un sueño, siendo estos una de las claves para lograr el éxito. Los seres humanos necesitamos un enfoque, algo para trabajar, una visión que nos emocione. Es el motivador perfecto. Sin ella nuestras vidas se perciben sin sentido y estancadas.
Sin embargo, como todo, cuando se lleva al extremo puede generarse una situación de estrés y por lo tanto crear un desenfoque. Centrarse en el objetivo final solamente puede hacer que tu cerebro abandone la emoción del momento actual y olvide disfrutar el proceso.
Cuando el objetivo final se convierte en el objetivo principal, se presenta una situación en donde no nos sentimos contentos en el lugar en donde nos encontramos actualmente, queremos llegar a esa meta, a costa de lo que sea; no nos sentimos satisfechos en el lugar en donde nos encontramos, queremos estar "allí". Para nuestra mente subconsciente es un refuerzo, ya que sentimos que no somos “suficiente” como estamos en estos momentos, hasta que lleguemos a donde queremos, no vamos a estar contentos.
Cuántas veces nos hemos dicho, voy a ser feliz cuando:
• Baje de peso,
• Gane x dinero,
• Me case,
• Tenga hijos,
• Compre una casa,
• Consiga esa promoción,
• Pague mis deudas,
• Logre ese viaje,
• Abra mi empresa,
• etc. etc. etc.
Esa es una mentalidad que no solamente nos hace daño, sino que también se vuelve estresante, porque le enseña a tu cerebro el hábito de "seré feliz cuando lo logre" y olvidas la felicidad y la sensación de ser feliz ahora, cuando vas logrando metas pequeñas para llegar al objetivo final.
Enfocarse en el objetivo final en lugar de en el proceso de pequeñas acciones que nos llevan a salir del momento presente, no solamente nos desvía de los beneficios de tener un fin en la mente, sino que también hace el proceso más difícil y estresante. Cuando nuestra atención está constantemente fuera de la alineación con el presente, es mucho más fácil ser susceptible a estados de estrés.
Ahora imagínate lo que lograríamos si nos enfocamos en hacer las acciones que necesitamos hacer todos los días para alcanzar la meta, no necesitaríamos enfocarnos en la meta. ¿Por qué no? Porque tendríamos la garantía de alcanzarlo de todos modos. Alcanzar la meta se logrará por sí solo porque estás haciendo las cosas necesarias y creando los hábitos necesarios para llegar a ese punto.
Cuando haces que el proceso sea tu enfoque principal, realmente se libera mucha presión. Pensemos en la presión que nos ponemos cuando queremos bajar 5 kgs en 1 mes, por ejemplo. Sin embargo, si nos enfocamos completamente en el proceso de perder peso, es decir, comer de manera más saludable, eliminar los alimentos no saludables y hacer ejercicio de manera constante, eventualmente alcanzaremos la meta y adicionalmente reduciremos el estrés que se crea debido al apego o inclusive la obsesión hacia el resultado final.
Desglosar el objetivo en acciones pequeñas y enfocarse solo en ellas es CLAVE para progresar. Aunque parece lógico centrarse en el resultado final, es contraproducente hacerlo de manera obsesiva. Al cambiar tu enfoque en el proceso, puedes disfrutar de lo que estás haciendo en el presente y seguir progresando.
Por supuesto, es importante recordar cual es el objetivo de vez en cuando, para no perdernos en el camino, lo que aquí queremos recalcar es que concentrarnos en el proceso, establecer metas pequeñas, ir midiendo avances, ayuda a lograr el objetivo de una mejor manera y disfrutar el proceso.
Las metas pequeñas son excelentes para empujarnos hacia adelante, las metas pequeñas nos motivan y nos mantienen enfocados. Celebra los logros pequeños.
© 2019, Todos los derechos reservados, Aldin Consulting Group, LLC.
Alicia Díaz-Blevins
50% Complete
Nos dará mucho gusto