Si alguien te hubiera dicho hace algunos años que el mundo entero se iba a detener, que no podrías salir de tu casa, que no encontrarías los esenciales en el super, que los restaurantes estaban cerrados, que no habría más conciertos, que ni siquiera podías salir de tu casa a caminar, que los niños no podrían ir a la escuela, que tendrían que tomar clases por internet, y no solo eso que tu esposa o esposo se quedaría en casa también ¿lo hubieras creído?
No se tu pero la verdad yo no, en esos momentos la verdad es que no entendíamos que estaba pasando ni la magnitud de este pero la verdad es que la vida nos cambió, fue una sacudida que nos ha ayudado a valorar lo que realmente vale la pena en la vida. Nos ha permitido analizar el tiempo que pasábamos corriendo de un lado a otro, en el tráfico, con estrés, no teniendo tiempo para nosotros mismos ni para nuestras familias.
Veo mucha gente que toma estos cambios como algo negativo y hasta cierto punto es entendible ya que los cambios te sacan de tu zona de confort, de lo que conoces, de lo que te es familiar, de lo que sabes manejar y de repente, te enfrentas a algo desconocido a algo que no sabes ni porqué está sucediendo y mucho menos las consecuencias que esto va a traer y es normal entrar entonces en un modo de protección sacando quizá una armadura invisible para defenderte de ese cambio.
A menudo nos resistimos al cambio y no nos damos cuenta de que el cambio en sí mismo es constante. Incluso si te resistes o lo evitas, entrará en tu vida de la misma manera. Cuando inicias el cambio tú mismo, es bastante fácil adaptarse a él, ya que es un cambio deseado.
Pero, ¿son malos los cambios no planificados e inesperados?
Déjame platicarte algo, por muchos años viví en la ciudad de México, una ciudad impresionantemente grande en población, pequeña en espacio, jamás me había movido de la ciudad a vivir en otro lugar ni la verdad pensaba hacerlo.
En ese entonces trabajaba para una empresa en donde llegue a ser la primera directora general mujer, la verdad era muchísimo trabajo, mucho estrés pero estaba yo contenta, un día cambió el grupo directivo y me dieron las gracias, después de haber trabajado en esa empresa por más de 15 años. En esos momentos la verdad es que te sientes que no sabes ahora que camino seguir, como que de repente “te mueven el tapete”.
Había yo trabajado tan duro en esa época que en esos momentos decidí tomarme un descanso y cambiarme “temporalmente de ciudad” en ese entonces estaba yo saliendo con un chico americano y dije bueno pues me voy un tiempo para Austin, haber que pasa.
Busque la forma de conseguir una visa de estudiante en la universidad de Texas en Austin y me vine temporalmente a “descansar” y de pasadita ver si la relación funcionaba de la misma manera en persona que a larga distancia.
Para no hacerte el cuento largo la relación no funcionó, pero la experiencia de haber cambiado de ciudad inclusive de país aunque en un principio tuvo sus retos y algunos no muy agradables, en resumen te puedo decir que el que me hubieran dado las gracias de aquella empresa en la que trabaje tantos años fue lo mejor que me pudo haber pasado.
En esos momentos quizá no lo vi, pero ahora te puedo decir que así fue, y como esa situación te puedo platicar muchas más en donde el adaptarte a los cambios, y buscar lo mejor de ellos, ha sido algo que me ha permitido lograr los resultados que he logrado hasta ahora.
Siempre recuerdo las palabras sabias de mi mamy, que ante los cambios que se presentaban me decía, “mijita, flojita y cooperando” era una broma que siempre seguíamos cuando nos enfrentábamos a un cambo sobre todo difícil.
La gente suele evitar los cambios y prefiere quedarse en su zona de confort, pero creo firmemente que una vez que tengas el coraje y des el primer paso para cambiar, tu vida será mucho mejor.
Algunos consejos para enfrentar los cambios:
1. Ser conscientes de lo que está pasando. Todos nos acostumbramos a una rutina y hábitos de vida, y es difícil reconocer en ocasiones que nuestra "normalidad" ha cambiado. Tomar conciencia de lo que estamos viviendo ahora nos permite observar nuestras emociones y pensamientos y tomar decisiones necesarias para enfrentar esos cambios.
2. Mantener una actitud positiva. De nada nos sirve la negatividad o el pesimismo, hay cosas que no podemos controlar, pero lo que si podemos controlar es nuestra actitud, la forma en la que afrontamos un problema. Ver el vaso medio lleno vs ver el vaso medio vacío, eso sí lo podemos controlar. Acepta las cosas que no puedes cambiar, y concéntrate en las que si puedes cambiar/adaptar.
3. Ser agradecido. Reconocer y agradecer por lo que tenemos nos da una perspectiva diferente, aprender cosas y formas nuevas de sobrevivencia. Recordemos que hay quien recibe de la vida limones y los tira y quienes hace con ellos limonadas y las vende.
4. Crear nuevos hábitos, abrirnos al aprendizaje. El mundo se ha volteado hacia el internet en estos momentos en que no podemos salir, hay miles de oportunidades para crear negocios por internet, checa paginas como www.academiaemprende.net/store Udemy, linkedin learning, google, youtube miles de oportunidades para aprender lo que quieras.
5. Disfrutar el cambio. Todo reto trae consigo una semilla de oportunidad dentro de él y esta crisis no es diferente, ahora es nuestra oportunidad para lograr algo maravilloso de ella, debemos aprovecharla, cuando pasamos por crisis como estas primero sobrevivimos y despuésés prosperamos, ¡así que disfrutemos este cambio y salgamos más fuertes de él!
Así que, amigo/amiga recuerda, “flojito/a y cooperando” encuentra el para qué del cambio que estás enfrentando y sácale al mayor provecho posible
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Alicia Díaz-Blevins
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Nos dará mucho gusto