Dr. Nido Qubein dijo "Los verdaderos ganadores comparan sus logros con sus metas, mientras que los perdedores comparan sus logros con los de otras personas"
Y es aquí donde enfrentamos una de las partes más difíciles de la competitividad y la productividad, desde pequeños nos enseñaron un sistema de calificaciones donde del 0 al 10 te calificaban y siempre había alguien que estaba en la cima de la clase, el cuadro de honor, recibía premios por sus buenas calificaciones, o por ser el mejor deportista o por ser el más rápido, más inteligente, más, más, más… y déjame decirte que eso solo nos lastima y nos vuelve extra competitivos con nuestro entorno, pero muchas veces se nos olvida comparar nuestro crecimiento con nosotros mismos.
Piensa en ti por un momento, y vuelve exactamente al día de hoy hace un año y pregúntate: ¿Qué habilidades tienes, qué experiencias, qué metodologías tienes hoy que hace un año no tenías?, ¿Qué tal hace 2?, ¿hace 5?, ¿hace 10?.
¡Wooow! ¿Notaste cuanto haz crecido? La realidad es que todos los días aprendemos algo, puede ser altamente significativo y trascendental o puede ser insignificante, no importa, te hizo crecer y por eso eres diferente al ti mismo de ayer, la meta es ser CONSIENTE de que esto está pasando y provocar que estos cambios vayan alineados a tus metas y sean lo suficientemente importantes para llegar a tus metas.
La frase Roma no se construyó en un día es una frase que me gusta mucho porque habla de cómo es importante tener una perspectiva de la grandeza que se puede lograr, trabajando día con día con constancia y una visión bien enfocada.
Estudios han revelado que la mayoría de la población trabajadora de esta generación no tiene completamente clara una visión de lo mínimo que quiere alcanzar con su trabajo diario, al contrario de las generaciones de nuestros padres y abuelos donde la mayoría tenían un visión de sacar adelante su familia y generar un bienestar para los suyos, inclusive cuando ya no estén presentes.
En su mayoría, las nuevas generaciones tienden más a un "modo de supervivencia" donde realizamos tareas y acciones, inclusive emprendimientos, pensando en cómo voy a sobrevivir los próximos días, meses u años, pero no con una visión de crear un legado y dejar una huella en el mundo.
Trabajar sin una meta es la ruta directa al vacío, ¿Por qué? Pues es muy sencillo, a veces parece que trabajamos y trabajamos y lo único que logramos es ganar unos cuantos pesos y cuando menos te das cuenta ya pasaron años.
Los expertos nos recomiendan tener una visión de a donde nos gustaría llegar, esta visión debe estar acompañada de algunas metas mínimas para alcanzar nuestro gran objetivo, y esas metas deben tener pequeños objetivos que establecerán las bases y fundamentos de ese gran logro. Solo así podremos ser conscientes de los pasos y las habilidades que necesitamos para llegar triunfantes a nuestros objetivos.
Por ultimo te lo dejo como reflexión y ejercicio: piensa ¿cómo quiero ser exactamente hoy dentro de un año, qué habilidades y logros que no tengo hoy quiero tener y qué necesito para lograrlos?.
Tal vez parezca algo complicado pero empieza con algo pequeño y ve aumentando la meta, tal vez quieras aprender un idioma y lo que necesitas hacer hoy es buscar en dónde dan el curso, o tal vez tener un abdomen marcado y lo primero sea tan sencillo como buscar el gimnasio más cercano.
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Fernando Díaz Guerrero
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Nos dará mucho gusto